La palabra follón se usa de informalmente para describir un escándalo o alboroto, caracterizado por gritos, discusiones o comportamientos que llaman la atención. Y hoy, quiero hablar de un follón que ha sacudido la política puertorriqueña: la polémica en torno a la salida del comisionado del Negociado Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (NEMEAD), Nino Correa.
El pasado martes, 5 de noviembre de 2024; Puerto Rico celebró sus elecciones generales, donde resultó electa Jenniffer González Colón, actual comisionada residente en Washington, DC. Con más de 1.1 millones de votos emitidos, González Colón obtuvo la victoria con más de 440 mil votos a su favor. Sin embargo, es importante recordar algunos hechos recientes al pueblo puertorriqueño, que a veces parece sufrir de memoria corta.
El 2 de junio de 2024, Jenniffer González derrotó en primarias al actual gobernador Pedro Pierluisi Urrutia, asegurando su nominación a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP) con una ventaja de casi el 10% de los votos. Durante su campaña, González se destacó por prometer un cambio de rumbo y contrastar sus ideas con las del gobernador saliente. Este enfoque contundente, sumando a su mensaje de renovación, le aseguró el triunfo en las elecciones generales.
Entre sus promesas de campaña, hubo una que resonó ampliamente en la opinión pública: el 7 de mayo de 2024, González Colón declaró que, de ganar, no mantendría en sus cargos a ningún jefe de agencia de la administración actual. Esta postura firme era un compromiso claro de renovarse desde el primer día.
Lo que nos trae al título de este escrito: El Follón de Nino. Este fin de semana, surgió la noticia de que González Colón no mantendrá en su equipo a Nino Correa, un conocido rescatista y actual comisionado de NEMEAD, lo cual ha desatado una ola de indignación en ciertos sectores, especialmente entre los votantes de izquierda y de la mogolla.
La reacción ha sido intensa. Estos sectores han decidido victimizar al Comisionado de NEMEAD y han lanzado una campaña en redes sociales, difundiendo capturas de pantalla y comentarios de seguidores del PNP en tono de burla y de quienes apoyaron el cambio en las urnas. Basado en lo anterior, me parece pertinente recordarles que vivimos en un sistema democrático y de ley y orden.
La Constitución de Puerto Rico, en su Artículo 4, Sección 5, establece que el Gobernador puede nombrar a sus secretarios de gobierno, con el consejo y consentimiento del Senado. González Colón, al cumplir con su promesa de campaña, actúa dentro de sus facultades constitucionales. Aunque esta decisión ha causado controversia, es evidente que González Colón se mantiene firme en su compromiso con los votantes.
La izquierda en Puerto Rico, por otra parte, parece tener dificultades para aceptar las transiciones de poder cuando estas no favorecen sus intereses. Para algunos, este cambio en el gobierno podría ser difícil de aceptar. Quizás porque están acostumbrados a estructuras inamovibles, como el caso de Rubén Berríos Martínez, presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) por más de 50 años.
Es comprensible, entonces, que ciertos sectores prefieran el inmobilismo y se resistan a los cambios. Pero hago una pregunta al lector: si la gobernadora electa Jenniffer González Colón no cumpliera con su promesa de renovar el gabinete, ¿no la llamarían “embustera” por no cumplir con sus compromisos de campaña?
Faltan 53 días para el 2 de enero de 2025, y esto apenas comienza…
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