La izquierda de Puerto Rico me ha inspirado a escribir un segundo capítulo sobre los follones de nuestra tierra, sobre todo porque en redes sociales parece fácil desinformar sin base ni fundamento. Aquí estamos para hablar con hechos y claridad.
En el año 2010, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos (SCOTUS, por sus siglas en inglés) resolvió el caso Citizens United vs. Federal Elections Commission, que la libertad de expresión es aplicable tanto a individuos como a entidades, incluyendo corporaciones y sindicatos. Esto significa que prohibir a estas entidades el gasto en comunicaciones independientes, incluso cerca de una elección, sería violar su derecho a expresarse políticamente.
Parece que algunos sectores de la izquierda y la ‘mogolla’ puertorriqueña no entienden o no quieren aceptar que el uso de recursos económicos también es una forma de expresión política. Y es que el Tribunal Supremo resolvió, en esencia, que la forma en que se invierte el dinero es parte del derecho a la libre expresión, siempre que no exista coordinación directa con ningún candidato o partido político.
Como bien dice el periodista Normando Valentín: “Lo que es bueno para el ganso, también es bueno para la gansa”. Sin embargo, estos sectores han usado sus redes sociales, a menudo llenas de perfiles anónimos, para atacar a las empresas y empresarios que apoyaron económicamente al Comité de Acción Política (o SuperPAC) Democracia es Prosperidad.
Entre los valores que definen a estas empresas está el derecho al libre mercado y la libre empresa que caracteriza nuestro sistema político y económico, basado en democracia y capitalismo. El mismo capitalismo del que se ha beneficiado el artista de música urbana Benito Ocasio Martínez, mejor conocido como Bad Bunny.
Bad Bunny, utilizando su dinero e influencia, invirtió miles de dólares en publicidad y promoción en contra del Partido Nuevo Progresista (PNP), incitando a la discordia entre los puertorriqueños y acusando de falta de amor por Puerto Rico a quienes creen en el PNP como institución.
Paradójicamente, pedía el voto de esos mismos estadistas que atacaba. El clímax de esta actitud llegó en el Festival de Benito la Esperanza, donde comediantes como Kiko Blade insultaron abiertamente a los seguidores del PNP al llamarlos ‘cabrones’.
Y sin embargo, como bien dijo el entrante presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, “¡Los barrimos!”. Aprovecho para recordarlo, pero no es el punto de este escrito. El propósito aquí es hablar de los SuperPACs y el derecho de empresas locales a expresar su visión.
Las empresas puertorriqueñas, que crean empleos, pagan impuestos y nos sirven con sus productos y servicios, se unieron para formar un Comité de Acción Política y apoyar a legisladores que compartieran su visión de una isla con desarrollo económico, libre mercado, empresarismo y competencia.
No obstante, a través de sus perfiles falsos, estos sectores han comenzado una campaña de boicot contra estas empresas, llamando a sus seguidores a no comprar sus productos. Así de “democráticos” son. ¿Cuántos estadistas han llamado a un boicot en contra de Bad Bunny?
Ah, pero si un PNP fuera el que llamara a boicotear al “Conejo Malo”, enseguida nos tildarían de dictadores. El señor Ocasio Martínez tuvo su oportunidad de expresarse e invertir su dinero en lo que cree, al igual que el grupo empresarial de Puerto Rico.
Ambos grupos le expresaron al pueblo su visión para Puerto Rico, aunque algunos lo hicieron con más fundamento que otros. Al final, los boricuas votaron por la estadidad y por un gobierno conservador en valores y liberal en lo económico.
Si usted es puertorriqueño, por nacimiento o adopción, y se siente orgulloso de lo que se produce aquí, no boicotee a sus propias empresas. Aprenda a perder y no pretenda dirigir a las masas desde una plataforma social.
Leave a Reply